La
utopía del reino de Dios o sociedad nueva la concreta Jesús en las
bienaventuranzas, en particular en las ocho que presenta el evangelio de Mateo (Mt
5,3-10). En ellas se formulan las condiciones indispensables para que se vaya
realizando la nueva sociedad, la liberación que su existencia va efectuando en
la humanidad, las nuevas relaciones que crea y la felicidad que proporciona (4).
En el
evangelio de Mateo, la estructura de las bienaventuranzas es la siguiente: la
primera y la última, ambas en presente (Mt 5,3 .10: «porque de ésos es el
reino de los cielos» o, mejor, «porque ésos tienen a Dios por rey»), constituyen el marco para las
otras seis. Las seis intercaladas se dividen en dos grupos: las tres primeras (2.ª,3.ª
Y 4.ª) expresan en futuro el paso de una situación negativa a otra positiva (5,4-6: del sufrimiento al consuelo,
de la sumisión a la libertad, de la injusticia a la justicia); las tres del
segundo grupo (5.ª, 6.ª y 7.ª) expresan tres modos de ser o de actuar positivos a los que corresponden
experiencias de Dios (5,7-9: ayuda para los que ayudan, visión de Dios para los
que actúan con sinceridad, condición de hijos de Dios para los que trabajan por
la paz).
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(4). Para las bienaventuranzas, véase F. Camacho, La proclama
del Reino. Análisis semántica y comentario exegético de las Bienaventuranzas de
Mt 5,3·10, Cristiandad, Madrid 1986.
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