En las tres bienaventuranzas siguientes (segunda
a cuarta) se describe el efecto que la existencia de grupos que hayan hecho esa
opción tendrá en la humanidad pobre y oprimida.
La existencia de una alternativa abre la posibilidad de solución e irá suscitando en la humanidad un movimiento liberador. En el nuevo tipo de relación humana, los oprimidos verán una esperanza y encontrarán una alternativa a su situación.
La liberación se expresa de tres maneras: los
que sufren por la opresión podrán salir de ella, es decir, pasarán a otra situación
donde no hay motivo de sufrimiento (Mt 5,4: «porque ésos encontrarán el consuelo»;
cf. Is 61,1); los sometidos, los que han sido reducidos a la impotencia arrebatándoles
los medios de subsistencia, heredarán la tierra, es decir, gozarán de plena libertad e independencia (Mt 5,5; cf. Sal 37,11); los que ansían esa
justicia verán colmada su aspiración (Mt 5,6).
Es de notar que la liberación de los
oprimidos está en función de la existencia de grupos que vivan la alternativa y
puedan ofrecerla. Jesús no hace una planificación de masa; quiere, en cambio, que
se formen grupos o comunidades donde, por la renuncia al deseo de riqueza, se vivan
ya las nuevas relaciones humanas de solidaridad y libertad. Jesús no es un mero
teórico, quiere praxis inmediata.
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